Junio-julio 2012
(25 de
junio al 25 de julio del 2012)
Tres alumnas alemanas se han animado a cruzar el Atlantico
para visitarnos. Ellas son Kim-Lisa Krube, Sarah
Strenge y Nicole Schweder. Los
rafaelinos que viajaron en enero del 2013 son Lucas Olivera, Tomás Perino,
Darío Rodriguez y Carolina Meshler.
Visita a la fábrica Basso S.A.
(5º Informática junio 2012).
Visita a la Escuela Técnica de Maricel García, profesora de español en la escuela de Elmshorn (enero 2013).
Kim-Lisa Grube (alemana)
5ºaño/2012/Terminalidad Nutrición. Se alojó en la casa de Tomás Perino. Ella nos cuenta
sobre sus experiencias en Rafaela y en su casa como anfitriona:
“Argentina
– el cariño en persona: Las valijas ya estaban listas
y tenía mucha alegría anticipada. Faltaban sólo horas para que comenzara la
aventura. Se me cruzaron mil preguntas por la cabeza: ¿Cómo será la familia en la
cual estaré por un mes? ¿Serán simpáticos?¿Me entenderán cuándo hablo?¿Me
sentiré cómodo en esa familia? Pero ya no había más tiempo para pensar, porque
comenzaba el viaje. Nos despedimos de nuestras familias y subimos al avión. Nos esperaba un largo viaje, teníamos que
cruzar el gran charco. Esto era una sensación indescriptible. ¿Cuántas
personas pueden decir que viajaron a Argentina? Bueno, yo no conocía hasta ese
entonces a nadie. Realmente fue un viaje cansador. Viajamos desde Fráncfort
directo a Buenos Aires, en total estuvimos 17 horas en el avión. Pero pudimos
pasar el tiempo mirando películas cuando no dormíamos. Había llegado el gran
momento, llegó el momento de bajar del avión y pisar por primera vez suelo
argentino (en ese entonces no sabía que no iba a ser la última vez). Nos dio la
bienvenida nuestro taxista, que tenía un auto relativamente chico, pero logró
acomodar todas nuestras valijas, una ejecución magistral! Ahora sólo faltaban
seis horas más para llegar a nuestro anhelado destino. Estábamos todas
cansadísimas, pero infinitamente felices cuando vimos el cartel a la entrada de
la ciudad que decía Rafaela. Al llegar
nos recibió cálidamente la profesora de alemán Hilda Zbrun de la Escuela de Educación Técnica
N° 460. Por mi, podría seguir así de bien nuestra bienvenida, pensábamos.
Esperamos juntas que nos buscaran nuestras familias anfitrionas….y por fin
llego el momento que tanto habíamos esperado, el primer encuentro. Desde el
primer instante sentía que había buena química, y nos abrazaron, todas las
preocupaciones se fueron en sólo un instante. Gente tan amable no había
conocido hasta ese momento. Y fue entonces que supe, que esta iba ser una
estadía inolvidable! Mi familia anfitriona, los Perinos, se esforzaban mucho en
atenderme. Tenían una casa muy linda con pileta y un perro. Todos los días
comíamos algo rico. No tuve problemas con la comunicación, a veces nos
comunicábamos con las manos, como podíamos. Tomi, mi hermano y yo nos
entendimos desde un principio. La primera noche conocí a todos sus amigos y me recibieron muy bien, y
sin prejuicios! El tiempo empezaba a pasar muy rápido. Vivía tantas cosas
emocionantes y nuevas. Acompañaba a Tomi a la escuela, que se diferenciaba
totalmente de la escuela en Alemania. Nos juntábamos con amigos, íbamos a
fiestas, fuimos de vacaciones y teníamos tantas ideas de cosas que queríamos
hacer. Lástima que el tiempo volaba. No lo quería aceptar pero las cuatro
semanas habían terminado. La despedida nos costó mucho. Es increíble lo rápido
que uno se encariña con las personas. Yo ya lo tenía decidido, quería volver a
visitar Argentina. El país y su gente me habían fascinado. Estaba muy triste
cuando tuve que dejar mi familia anfitriona, pero lo bueno era que en sólo seis
meses Tomi iba a visitar Alemania, mi familia y la cultura alemana.
Los seis meses de espera a la
llegada de Tomi, nos pareció a todos interminable. Cuando había llegado el
momento, fuimos juntos al aeropuerto a buscarlo. También en este encuentro hubo
buena química. Era como si un miembro de la familia habría vuelto de un viaje.
Las siguientes semanas pasaron volando. Mis padres, que en un principio tenían
miedo no poder comunicarse con Tomi perdieron rápidamente el miedo, porque fue más fácil de lo pensado. Le mostramos
comida típica alemana como “Currywurst“(salchichas con curry) y “Fischbrötchen“como hamburguesas caseras,
además visite con él Berlin. Pero las cuatro semanas fueron muy poco tiempo, ya
que teníamos que asistir también a clases y nos quedaba poco tiempo libre. Sin
embargo fue una experiencia inolvidable y le recomendaría a cualquiera
emprender esta viaje aventurero. Uno
hace nuevos amigos y se supera a sí mismo. Extraño todos los días a mi familia
anfitriona y dentro de poco tiempo volveré a visitarlos de nuevo.” (traducido
del alemán) Kim- Lisa
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Sarah Strenge (alemana)
5ºaño/2012/Terminalidad Nutrición. Se alojó en la casa de Carolina Meshler. Ella nos cuenta
sobre sus experiencias en Rafaela:
“Mi estadía de cuatro semanas
en Argentina comenzó con una bienvenida de mi familia anfitriona Meshler.
Fueron muy hospitalarios y simpáticos, desde un principio me sentí acogida.
Junto a mi hermana Carolina íbamos a la escuela técnica en Rafaela. Como su
terminalidad era Informática no podía seguir mucho las clases. Sus compañeros y
profesores eran muy amables, y se interesaban por Alemania. Hicimos algunas
excursiones con la escuela, a veces los fin de semana o escapadas por un día a
Santa Fe, a una pequeña granja y un tour en barco en Esperanza.
Al principio no estaba
acostumbrada a las costumbres y tradiciones, por ejemplo los horarios en que se
comía y las comidas (mucha carne), las salidas de noche o la actitud con
respecto al colegio. También el tránsito y sus reglas parecían muy aventureros.
Pero después de unos días ya me había acostumbrado y mejorado mi español. Al
final del intercambio hasta hicimos unas pequeñas vacaciones en Córdoba.
A pesar de haber viajado en
invierno a Argentina, el tiempo casi siempre estuvo lindo, incluso unos días de
sol. Le recomendaría a todo aquel que tenga interés en conocer gente nueva,
diferentes culturas y experiencias nuevas, realizar este intercambio.
Mi madre: Estábamos nerviosos
cuando se aproximaba la llegada de Carolina. Nos preguntábamos si nos íbamos a
poder comunicar, para así poder saber si se sentía bien o le faltara algo, ya
que en Alemania era invierno y hacía -12°C , en cambio en Argentina justo era pleno
verano. Al principio hablábamos en inglés y de a poquito se fue incorporando el
alemán. En nuestra familia somos cinco personas y siempre había algo para
hacer, y Carolina participaba en todo. Hicimos algunas excursiones, fuimos a
patinar sobre hielo, fuimos a la playa en St. Peter Ording, visitamos Hamburgoy
cocinamos juntos comidas típicas argentinas. Para todos nosotros fue una linda
experiencia recibir visita del exterior. A pesar de las clases que tenían que
asistir a diario y la preparación hacia del Abitur (Examen final de la
secundaria) de nuestra hija Sarah, Carolina pudo aprender un poco sobre la vida
en Alemania. También el invierno tuvo su lado bueno: Muñecos de nieve y viajar
en tren – ambas cosas imposibles en Rafaela.” (traducido del alemán) Sarah y su madre
Visita a San Carlos, con Silvia Krauel (Viceregente), alumnas alemanas e Hilda Zbrun.
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